martes, 18 de junio de 2013

Reflexión en el Garaje 2!

La reflexión había ido madurando y ya no era como la conté en la primera entrada. Me había encaprichado y mucho debido a mi cambio de circunstancias y necesidades automovilísticas, pero no era lo que verdaderamente estaba buscando. Ese capricho sin embargo, sería el aliado perfecto para abrirme los ojos y corroborar que el que tenía conmigo era un gran coche, pero no para mi en este momento.
Pasaba de casualidad por delante de un concesionario Jaguar y allí estaba expuesto en la vitrina. Un majestuoso XJS de final de serie, con su V12 de 6 litros bajo el capó. Todo un V12 inglés con mas detractores que fans, pero al fin y al cabo un coche increíble. Amor a primera vista, ese color Flamenco Pearl (Granate Metalizado), un único dueño, matriculado en Barcelona y mantenido en Jaguar a lo largo de sus 19 años y 65.000km, si si, 65000km, no llegaba.
Aunque ya lo había hecho con anterioridad, a partir de aquél instante fue cuando mi cabeza empezó a trabajar en serio para dar un cambio radical a mi situación “automovilística”. La idea del V12 era una mezcla estrambótica y surrealista. Estamos hablando de un barco de 5 metros, 2 toneladas, 308cv (o algo así) y reconociendo lo evidente; no goza de muy buena fama en cuanto a fiabilidad se refiere.


A ello tenía que sumar que yo cumpliré 34 años en breve, aunque me encanta conducir tranquilamente en modo paseo, también tengo mis salidas de tono de vez en cuando, y no se si ese coche estaría a la altura cuando llegara el momento. La caja de cambios GM Hydramatic de 4v obviamente no lo esta. Llegué a ir a verlo y a darle al contacto y ponerlo en marcha. Sublime. El sonido del cierre de la puerta no lo he visto en otro coche en toda mi vida. Si tenéis ocasión de acercaros a uno simplemente, probadlo. Impresionante. La posición de conducción en contra de lo que muchos creen, tumbado total, sentado en el suelo literalmente, es realmente bajo.
Aunque continué varios días dándole vueltas al asunto, la idea de materializar la última de mis locuras se alejaba minuto a minuto, pero a la misma velocidad era cada vez mas consciente del sinsentido que representaba tener conmigo como juguete de fin de semana a uno de los mejores coches que ha pasado por mis manos hasta la fecha: el 330xd.
Mis necesidades de transporte están colmadas y este coche, siendo una maravilla, no tiene sentido a la hora de considerarlo un juguete, no lo es. Entonces la ecuación? Pues era obvio: Si me permitía el lujo de mantener un 2o coche para el fin de semana, tendría que cambiarlo. Y hasta aquí puedo leer, en la próxima entrada: el coche!

David.