domingo, 25 de mayo de 2014

Reflexión sobre cambiar el rumbo.

Dentro de pocos días hará un año que ejecuté una de las decisiones automovilísticas que más satisfacción me ha producido hasta la fecha.


Hacía meses que lo había decidido pero para estas cosas las prisas no son buenas, aunque hay que tener perseverancia ya que si dejas pasar demasiado tiempo desde que tomas la decisión hasta que llega el momento de ejecutarla, va perdiendo fuerza y cuando llega el momento es probable que acabes por dejarlo correr...

1 año antes, mi vida profesional daba un giro que si bien era esperado, en aquél momento no era consciente de que ese cambio me iba a poner en bandeja la fabulosa posibilidad de tener un coche de capricho para el fin de semana.
Como soy una de esas personas a las que le gusta dejar todo bien atado, no quería precipitarme, pero tampoco me podía engañar a mi mismo; la idea me rondaba la cabeza desde el minuto 1.

Pasé por todas las fases posibles. Tenía miedo, por otra parte pensaba en que era una oportunidad demasiado buena como para dejarla correr, era una mezcla de sentimientos cruzados muy complejo, pero aún con todo ello, finalmente decidí arriesgarme y seguir adelante.
A día de hoy, como decía al inicio de la entrada, a falta de solo unos días para cumplir un año en mis manos, no puedo estar más contento con lo que hice, y lo transmito aquí porque el análisis de lo sucedido puede (y debe) ir mucho más allá.

Tomar una decisión, trabajar en ella y ejecutarla es algo que todo el mundo debería explorar en profundidad. Y ahora pensarás, venga va, si esto lo hemos hecho todos…

Sí y no. Digo esto porque al final en muchísimas ocasiones (muchas más de las que somos capaces de percibir), alguien o algo, simplemente la situación, el entorno o los acontecimientos, acaban por arrastrarnos en alguna dirección sin que nosotros tengamos mucho que ver en el asunto…

Hay que decidir, aunque ello suponga remar contracorriente, o enfrentarte a quien sea.
Hay que hacerlo, trabajar en la dirección que te has fijado para alcanzar tu objetivo. 
Es probable que si lo consigues hacer con éxito, sientas una satisfacción similar a la que me refiero en esta breve entrada.

Piénsalo, no te encontrarías en el mismo punto si te hubieras dejado llevar, es algo que sucede a menudo. Otros toman esas decisiones por ti.
Si tienes un sueño, sea lo que sea, lucha por ello, no tengas miedo y lánzate; seguro que conseguirás cambiar tu rumbo.

Salu2!

PD. Ojo, ponte un objetivo alcanzable o lo que conseguirás será una gran frustración…. ;)