domingo, 24 de noviembre de 2013

Cuestión de expectativas.

Llevo demasiado tiempo hablando de coches así que en esta ocasión me voy a desmarcar.
Hoy toca dar una vuelta a nuestras expectativas.

Seguro que alguna vez has comprado algo, o vas a visitar algún sitio, o a comer a un restaurante, tal vez una boda, y te acabas llevando una gran decepción.
Estoy convencido de que la respuesta es si, pero como diría Mou..... ¿Porque?
Realmente fue tan malo, o el sitio era tan horrible, o aquello que compraste no cumplía la función para lo que había sido diseñado....?

Estas preguntas son clave, y es que la mayoría de veces, vivimos a tal "velocidad" que no tenemos tiempo para pensar las cosas que ocurren a nuestro alrededor.

Es muy importante hacer esto, lo es por el bien de nuestra felicidad. Normalmente, esas decepciones se dan debido a que teníamos unas expectativas sobre el evento en cuestión. Nos habíamos construido en la mente un resultado, o unas características, o un ambiente que finalmente ni se parecieron a la realidad.

En el momento en que uno es capaz de ser consciente de esto, se puede empezar a disfrutar muchísimo más de casi todo lo que nos rodea.

Seguro que alguna vez os habrá pasado que habéis hecho algo sin planear y ha salido fabuloso.
Pongo un ejemplo. Es viernes, bajas al bar de siempre a tomar unas cervezas. Estas cansado de toda la semana y lo haces por desconectar, pero no tienes pensado alargarlo mucho, más bien todo lo contrario. Resulta que cuando llegas allí te encuentras a un grupo de buenos amigos, hacía mucho tiempo que no les veías y te sientas con ellos. El tiempo empieza a pasar mucho más rápido y cuando te quieres dar cuenta ya os habéis ido a otro sitio, "la fiesta" continua, te lo estas pasando en grande y finalmente te dan las 5 de la mañana....

Cuando vas camino de casa, tienes esa sensación de satisfacción, de haberlo pasado como nunca, casi vas sonriendo, con ganas de acostarte y descansar pero lo tienes claro: ha sido un éxito de velada

Y yo pregunto: seguro?
Probablemente no.

Probablemente fue una noche de tantas, en los mismos garitos de siempre y con la misma gente que habitualmente, buena compañía al fin y al cabo, pero ni has conocido a Scarlett Johansson, ni has ido a dar un paseo en un Ferrari con Michael Schumacher, ni te han tocado 100 millones de EUR...

Lo único que ha ocurrido es que no esperabas nada de esa noche. Habías construido tu velada. Ibas a ir al bar del barrio a tomar unas cervezas, saludar a la camarera y echarle un ojo mientras tontea con los clientes poniendo copas, te ibas a ir a casa en hora y media como mucho sin más...

Todo puede cambiar completamente dependiendo de lo que esperes. Si abres una caja esperando encontrar dentro unos lingotes de oro y en su lugar, te encuentras un montón de clavos oxidados, será una enorme decepción. Pero ojo, si abres la caja esperando encontrar un montón de tierra, y en su lugar, encuentras unas monedas (aunque no tengan un gran valor), es muy probable que sea gratificante.

Aprende a manejar tus expectativas. No esperes gran cosa de nada ni de nadie. Empezaras a disfrutar de verdad de cosas que antes no te hubieran hecho sonreír.

Esto no es inventar la rueda, esta claro, pero como dije al principio de la entrada, a veces vamos tan rápido que no nos detenemos ni un minuto a pensar que estas cosas nos ocurren casi a diario...

Salu2.
David.

No hay comentarios:

Publicar un comentario